1 Estructura en la composición.

Estructura:
Una frase propuesta. Tres elementos: hambre, amor, impuro.
Hambre (motivo e impulso animal).
Amor (el gran valor de cultura)
Impuro (lo que rechaza el saber y la moral: cualidad del pecado).
Una anatomía del "amor".
Se recontextualiza (fuera de la moral, inaccesible al saber, ocultando el tabú que articula la cultura).
Entre eso:
Un cuerpo escribe.
El relato escéptico de quien escribe, mientras escribe.
Qué efectos en el cuerpo de quien escribe. Qué se conmueve al escribir.
La violencia de las palabras. La conmoción sensual de escribir.
El trauma al que recurre la memoria mientras escribe.

Un título.
Textos que se coluden. No hay citas. No hay autores. Como tampoco hay "personaje".
Una síntesis de actividad psíquica.

Como escribir lleva fuera del cuerpo. Un fracaso: una falla: un juego de espejos:
escribir al cuerpo por palabras.
Sólo lo violento de las palabras roza los cuerpos.
Lo real desgarra lo simbólico cuando las palabras muestran la insoportable violencia que esconden.

Palabras. Máximas. Inventarios de cosas. Descripción sensual de atmósferas.
Descripciones de fenómenos. Párrafos / Fragmentos.
Cuadros. Escenas. Música. Composiciones textuales. Blancos del texto.
Interpretación. Alguien va del texto a su memoria, a lo que es fuente oculta en su imaginario.
Ríe de las mentiras que cubren su miedo, su horror.
Ríe de lo que es seguridad en la escritura. De las rutinas, del tedio, de la identidad sin duda.
Ríe del análisis en torno a las palabras.
Ríe en silencio.
Porque la risa es algo real que desgarra lo simbólico.

5 comentarios:

Carnets dijo...

1
De su vida fuera de Windsor Mansions, Soraya no suelta prenda. Soraya no es su
verdadero nombre, él de eso está seguro. Hay síntomas de que ha tenido un hijo, puede
que varios. Tal vez ni siquiera sea una profesional. Es posible que solo trabaje para
la agencia una o dos tardes por semana, y que durante el resto de su existencia lleve
una vida respetable en los suburbios, en Rylands o Athlone. Sería insólito en el caso de
una musulmana, pero todo es posible en los tiempos que corren.
De su trabajo le cuenta poca cosa: prefiere no aburrirla. Se gana la vida en la
Universidad Técnica de Ciudad del Cabo, antes Colegio Universitario de Ciudad del
Cabo. Antiguo profesor de lenguas modernas, desde que se fusionaron los departamentos
de Lenguas Clásicas y Modernas por la gran reforma llevada a cabo años antes, es
profesor adjunto de Comunicaciones. Como el resto del personal que ha pasado por la
reforma, tiene permiso para impartir una asignatura especializada por cada curso, sin tener
en cuenta el número de alumnos matriculados, pues se considera positivo para la
moral del personal. Este año imparte un curso sobre los poetas románticos. Durante el
resto de su tiempo da clase de Comunicaciones 101, «Fundamentos de comunicación»,
y de Comunicaciones 102, «Conocimientos avanzados de comunicación».
Si bien diariamente dedica horas y horas a su nueva disciplina, la premisa elemental
de esta, tal como queda enunciada en el manual de Comunicaciones 101, se le antoja
absurda: «La sociedad humana ha creado el lenguaje con la finalidad de que podamos
comunicarnos unos a otros nuestros pensamientos, sentimientos e intenciones». Su opinión,
por más que no la airee, es que el origen del habla radica en la canción, y el origen
de la canción, en la necesidad de llenar por medio del sonido la inmensidad y el
vacío del alma humana.

Carnets dijo...

2
Sigue dedicándose a la enseñanza porque le proporciona un medio para ganarse la
vida, pero también porque así aprende la virtud de la humildad, porque así comprende
con toda claridad cuál es su lugar en el mundo. No se le escapa la ironía, a saber, que
el que va a enseñar aprende la lección más profunda, mientras que quienes van a aprender
no aprenden nada. Es uno de los rasgos de su profesión que no comenta con Soraya.
Duda que exista una ironía capaz de estar a la altura de la que vive ella en la
suya.
En la cocina del piso de Green Point hay un hervidor, tazas de plástico, un bote
de café instantáneo, un cuenco lleno de bolsitas de azúcar. En la nevera hay una
buena cantidad de botellas de agua mineral. En el cuarto de baño, jabón y una pila de toallas;
en el armario, ropa de cama limpia y planchada.
Soraya guarda su maquillaje en un neceser. Es un sitio asignado, nada más: un
sitio funcional, limpio, bien organizado.

Carnets dijo...

3
En su cita del jueves siguiente ninguno de los dos menciona lo sucedido. No obstante,
ese recuerdo pende incómodo entre los dos. Él no tiene el menor deseo de alterar
lo que para Soraya debe de ser una precaria doble vida. A él le parecen muy bien las
dobles vidas, las triples vidas, las vidas vividas en compartimientos estancos. Tal vez, si
acaso, siente una mayor ternura por ella. Tu secreto está a salvo conmigo: eso es lo que
quisiera decir.
Pese a todo, ni él ni ella pueden dejar a un lado lo ocurrido. Los dos niños se convierten
en presencias que se interponen entre ellos, que se esconden como sombras
quietas en un rincón de la habitación en donde copulan su madre y ese desconocido.
En brazos de Soraya él pasa a ser fugazmente su padre: padre adoptivo, padrastro, padre
en la sombra. Después, cuando sale de la cama de ella, nota los ojos de los dos chiquillos
que lo escrutan con curiosidad, a hurtadillas.
A su pesar, centra sus pensamientos en el otro padre, en el padre de verdad. ¿Tiene
acaso alguna idea, sabe siquiera por asomo en qué anda metida su mujer, o tal vez ha
elegido la dicha de la ignorancia?

Carnets dijo...

4
El cuarto jueves después del incidente, cuando ya se dispone a dejar el apartamento,
Soraya le hace el anuncio para el cual se ha aprestado él con todas sus fuerzas.
–Tengo a mi madre enferma. Voy a tomarme unas vacaciones para cuidarla. No
vendré la semana que viene.
–Y la semana siguiente?
–No estoy segura. Depende de cómo evolucione. Lo mejor sería que llamaras antes
por teléfono.
–No tengo tu número.
–Llama a la agencia. Allí te informarán de mis planes.
Aguarda unos días, luego llama a la agencia. ¿Soraya? Soraya ya no sigue con nosotros,
le dice el encargado. No, no podemos ponerle en contacto con ella, eso es contrario
a las normas de la casa. ¿No desea que le presente a una de nuestras chicas?
Tenemos muchísimas exóticas para elegir: malayas, tailandesas, chinas, lo que usted quiera.
Pasa una velada con otra Soraya –da la impresión de que Soraya se ha convertido en
un nom de commerce muy habitual en una habitación de hotel en Long Street. Esta no tiene
más de dieciocho años, no tiene práctica, a su juicio es desabrida.
–Bueno, ¿y a qué te dedicas? –le pregunta ella al desnudarse.
–Un negocio de exportación e importación –contesta.
–Hay que ver –dice ella.

Carnets dijo...

Leer es un vicio.
Es el vicio, el único, al que ninguna iglesia ofrecerá componenda alguna.
Leer lleva a intensificar la vida hasta tal punto que uno renuncia a todo lo que es vulgar en la vida.
Leer reconduce al núcleo de la vida, donde ni dios, ni el hombre, ni el amor, son más que palabras, flatos, ruidos vacíos de sentido.

Leer hasta el extremo lleva a hacer de una contingencia cualquiera algo absoluto.
El único viaje es la "orgía perpetua".

Creer en el libro de dios es la iglesia.
Escribir es arruinar la iglesia.

Paradoja: todo lo que conmueve a un cuerpo es diabólico.

¿Habrá que denigrar la iglesia?
No. Ella lo denigra todo y se denigra a sí misma.

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