20 de marzo.
Hambre de carne sensible. Hambre homicida.
El vientre se estrecha. Amo este miedo en la sombra y que la sombra crezca. El corazón late más rápido. Crezco en el secreto, tal como en la sombra.
12 Most Dangerous Animals on Earth
Hace 11 años
3 comentarios:
El hambre, según la describen Nothomb y Hamsun.
El vacío, según lo describen Dickinson y Weil.
La chispa que indica la obra de Eckhart.
Del hambre, según Nothomb.
(palabras de Abraham):
El amor para Amélie Nothomb se dice hambre. En Biografía del hambre, Nothomb imagina una isla en la que los habitantes jamás han conocido el hambre, en la que abundan los bienes terrenales del hombre. Una sociedad de hombres satisfechos en la que tenía la impresión de que estaban un poco hartos: como si nada les interesara. Su vida era un paseo a perpetuidad. Faltaba en ella el sentimiento de una búsqueda.
Esta última frase alteró mi ritmo de lectura. Leída rápidamente parece una frase común que se deja atrás para ver adonde nos lleva. Pero que el hambre tenga que ver con el sentimiento de una búsqueda que la satisfacción reprime, la unión de estas dos palabras muy rara vez juntas: sentimiento y búsqueda, me detuvo.
En la lengua humanista que transita por la filosofía y la religión, la búsqueda es un rasgo del hombre de fe y del hombre de la verdad. Es una definición tradicional de la filosofía decir que es la búsqueda de la verdad. Buscar es el verbo que le corresponde. Preguntar a un hombre si busca la verdad es absurdo, decir que el hombre busca la verdad lo es menos. El verbo conjugado remite a tareas cotidianas y a objetos visibles, pero su sustantivación hace a la palabra abstracta y universal. En ninguno de los casos, ni en la referencia objetiva ni en la intención filosófica, la búsqueda se traduce en un sentimiento. Sentir que se busca es estar quieto e insomne, no saber qué se quiere pero saber que algo se quiere. Es pulso y pulsión, vacío y necesidad, hambre.
Amélie sufre a los cinco años su primera crisis existencial. Deja Japón y a la nodriza que tanto amó. Sigue a sus padres a Pekín. El hambre del que nos habla tiene que ver con tremendas e insaciables necesidades de amor, pero también con la comida. El vacío, la comida, la madre, su cuerpo tubular, la necesidad de morir, son sólo algunos de los elementos de un dispositivo huérfano de diagnósticos. Nos invita a lo que llama el hambre absoluta.
El hambre soy yo, nos dice: por hambre entiendo esa falta espantosa de todo el ser, ese vacío atenazador, esa aspiración no tanto a la utópica plenitud como a la simple realidad Allá donde no hay nada, imploro que exista algo.
La desrealización es un fenómeno doloroso. La disolución de las formas, la falta de ser, el carácter acartonado y hueco de las cosas, su consistencia vaporosa, la dureza de las palabras, su aspecto cortante ensamblado con la algodonización generalizada, son imágenes que se han multiplicado en todos los géneros de la expresión literaria. La desmaterialización es un fenómeno lindero entre la metafísica y la psicología. Con Amélie también incursionamos en la fisiología y la gastronomía.
"Que otros sueñen encontrar. Yo velo. Yo busco.
Mi fe repudia hallar a dios. Denigra a un dios de fuera. Es el hambre hasta el límite, y más".
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