Tuve un sueño.
Un diálogo en penumbra.
Palabras que me enseña el sueño.

-Ya no puedo soportarme. Anoche llegué a sentir deseo de acabar con todo y de matarme.
-La fantasía de morir, constante afluente en el río de la vida.
-Por momentos tuve claro que no había sentido. No encontré ya un sentido para vivir.
-El blanco de la hoja.
La fatiga sin hambre ni sed.
El gesto de quien deja, unos segundos, de respirar.
Cualquier gesto de amor surge a partir de esa falta, de resistir ese vacío.

...Pero yo no quiero vivir como los otros.
-...Ignoras cómo viven otros. El otro es resultado de tu miedo, algo que quisieras sometido a ti.
Y sin embargo lo que vive, al sobreponerse al miedo de morir, traduce en sus gestos necesidad de compañía.
-No quiero depender de alguien.
-Depender no es lo mismo que caer.
Esa es cuestión de vida o muerte...

Luego desperté del sueño al interior del sueño.

Cansada de mi afán de despertar, dejé venir todos mis ensueños.
Rodeada entonces de ensueños, soñé que soñaba sin miedo a ya no despertar.

Así, en un instante, sólo en la medida de un instante, desperté.
Todo era igual a mis sueños, aunque sin resistirme a los impulsos hacia otros.

Todos mis temores, yo. ¿Por qué no he de abrazarme a ellos?

1 comentarios:

Lahetaira dijo...

Sólo porque no te abandonas a ellos. Me gustan tus diálogos. Por cierto, he intentado comentar en tu otro blog sin éxito.

Un abrazo.

Publicar un comentario