Tuve un sueño.
Un diálogo en penumbra.
Palabras que me enseña el sueño.
-Ya no puedo soportarme. Anoche llegué a sentir deseo de acabar con todo y de matarme.
-La fantasía de morir, constante afluente en el río de la vida.
-Por momentos tuve claro que no había sentido. No encontré ya un sentido para vivir.
-El blanco de la hoja.
La fatiga sin hambre ni sed.
El gesto de quien deja, unos segundos, de respirar.
Cualquier gesto de amor surge a partir de esa falta, de resistir ese vacío.
...Pero yo no quiero vivir como los otros.
-...Ignoras cómo viven otros. El otro es resultado de tu miedo, algo que quisieras sometido a ti.
Y sin embargo lo que vive, al sobreponerse al miedo de morir, traduce en sus gestos necesidad de compañía.
-No quiero depender de alguien.
-Depender no es lo mismo que caer.
Esa es cuestión de vida o muerte...
Luego desperté del sueño al interior del sueño.
Cansada de mi afán de despertar, dejé venir todos mis ensueños.
Rodeada entonces de ensueños, soñé que soñaba sin miedo a ya no despertar.
Así, en un instante, sólo en la medida de un instante, desperté.
Todo era igual a mis sueños, aunque sin resistirme a los impulsos hacia otros.
Todos mis temores, yo. ¿Por qué no he de abrazarme a ellos?
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Hace 11 años
1 comentarios:
Sólo porque no te abandonas a ellos. Me gustan tus diálogos. Por cierto, he intentado comentar en tu otro blog sin éxito.
Un abrazo.
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