BREVE TRATADO DE IMPUROS:

Nada es más complejo e impuro que un motivo de excitación y goce.

I. Turbación:
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-Alguien planea los atracos de una banda.
Excitándose por robos a bancos en que los bandidos hacen que todos quienes son “víctimas” se queden totalmente desnudas y desnudos; puede: despojarlos, ofenderlos, golpearlos, y entre golpes, obligarles a posiciones y acciones incómodas.
(Quedarán expuestos cuando los ladrones se retiran y les gritan entre risas).

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-Alguien se ocupa de asesinatos a sueldo (de seres desconocidos). Se excita por el miedo, esperar a la víctima, exponerse a cara descubierta, el sostener el arma, disparar en la zona precisa, sentir el humo de la boca del arma, el olor, el tacto; luego, por huir. No volver atrás al lugar del disparo. El flash back.

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Un anticuario, acostumbrado a vivir entre objetos vetustos, cuenta en forma de diario un año de sus encuentros con Henri, Suzanne, Teresa y otros muchos seres anónimos. Son jóvenes o viejos, fáciles de poseer o rebeldes. Pero todos tienen algo en común: la misma piel cetrina todavía algo tersa, el mismo color de cera, los mismos ojos entornados, los mismos labios mudos, el mismo olor a polilla y el mismo sexo glacial. Porque es a los muertos a quienes ama, a quienes desea. Goza de los encantos en putrefacción de cadáveres robados de sus sepulturas y adorados en la penumbra de una habitación cuyas cortinas permanecen siempre corridas. Pero no es un ser solitario, también se relaciona con otros necrófilos y comparte con ellos sus impresiones acerca de sus gustos y vivencias. El suyo es un placer peligroso, un juego prohibido, maldito.
A partir de la obra “El necrófilo” de Gabrielle Wittkop.

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Carl Tanzler era un radiólogo de Key West (Florida) que desarrolló una obsesión mórbida por Elena Milagro Hoyos (1910-1931). Ella era una de sus pacientes que murió de tuberculosis en 1931 en el hospital. Con el permiso de sus padres Carl Tanzler mandó construir un mausoleo para evitar que ella se descompusiera bajo tierra. Visitó la tumba cada noche y antes de 1933 había llevado el cuerpo a su casa y lo había metido en su cama. Restauró su cuerpo como mejor pudo y tenía un guardarropa lleno para vestirla.

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En 1980 el artista John Duncan compró un cadáver y grabó actos sexuales con él. Blind Date essay.

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En la leyenda griega de la guerra de Troya el héroe Aquiles mata a Pentesilea, la reina de las amazonas. Al levantarle el casco y mirarla, Aquiles quedó sobrecogido por su belleza. Después, se puso de luto por su muerte. Uno de sus soldados Tersites le puso en ridículo por esto y le acusó abiertamente de necrofilia, por lo cual Aquiles lo mató. (En algunas versiones la acusación de Tersites no es infundada, ya que Aquiles habría quedado tan sobrecogido por la belleza de Pentesilea que habría sido incapaz de contener su lujuria, pese a su muerte).
Queda realizar las transliteraciones de la lengua helena.

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Traduzco literalmente abasiophilía, a sabiendas de que “abasiofilia” no existe en el diccionario, pero prefiero usar esos términos que inventarme unos nuevos.

Es la atracción hacia discapacitados físicos, especialmente los que usan ayudas ortopédicas como escayola, sillas de ruedas, férulas y ortesis. El término (en inglés) fue usado por primera vez por John Money de la University John Hopkins en un trabajo sobre parafilias en 1990.

Se considera una forma de fetichismo por la discapacidad que aparece en la infancia, normalmente bastante antes de la pubertad. Normalmente hay un hecho desencadenante en la infancia que incluye niños o adultos discapacitados. Es más común en aquellos que eran niños en los años '40, '50 y '60 cuando la polio era común y había más gente usando ortesis que hoy en día.
Estudios hechos en los últimos 1o años de gente que contribuye a grupos de admiradores de las ortesis para brazos confirma que los devotos de esa parafilia por las ortesis de brazos suelen tener entre 50 y 70 años; hay muy pocos de menos de 40 años.

Recientemente algunos han sugerido que la abasiofilia es una forma de un desorden de la identidad de integridad corporal, normalmente asociado con gente que desearía que alguna parte de su cuerpo fuese amputada voluntariamente.
Los estímulos para la abasiofilia suelen ser ortesis de brazo, sillas de ruedas, férulas para la espalda o las cervicales y otras prótesis usadas por gente con discapacidad física.

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